¡Regresa a Casa!
El otro día cayó en mis manos un tratado evangelistico que decía “Come Home Again” y hablaba acerca de la parábola del hijo prodigo que encontramos en el libro de Lucas 15:11-17.
Al meditar en el pasaje se me vino a la mente la imagen del padre en espera de su hijo, este padre le ama tanto que no hace otra cosa más que espérale, deseando que su hijo aparezca; porque el sabe que no habra otro lugar donde su hijo podrá ir mas que el hogar.
Es triste hoy en día ver familias desunidas, y mas triste es que hayan hijos que se enojen con sus padres a tal grado de alejarse completamente de ellos sin importarles nada, llegan a grandes y forman sus propias familias y siguen sus vidas sin recordarse de aquellos que les dieron las vidas.
Uno de los Diez Mandamientos nos manda a honrar a nuestros padres para que nuestra vida se alargue, no dice si tu quieres hónralos, ¡no! Es un mandamiento.
Al imaginarme al padre del hijo prodigo, llegué a pensar ¿cuantos padres no habrán hoy en día en esperan ansiosos del regreso de su hijo o hija?
Saben, que a pesar de lo que haya sucedido o pasado todo quedara atrás en el momento en que se dé ese encuentro; porque el amor puede más que cualquier problema o situación que se haya dado.
¿Te has alejado de tu hogar?
¿Piensas que no serás perdonado?
¡Regresa a casa!
¡Corre!
¿Que esperas?
No lo dudes tus padres te esperan con los brazos abiertos, no tardes pueda que mañana sea demasiado tarde.
…Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aun estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echo sobre su cuello, y le beso…
…Pero el padre dijo a sus siervos: sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
S. Lucas 15:20,22-24.
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