Hoy mi hijo de siete años me hizo recordar una lección muy importante de las escrituras. A veces me preocupo pensando si él estará aprendiendo lo necesario para llevar una vida cristiana de acuerdo a la voluntad de Dios pero hoy recordé que el tiempo que dedicamos a nuestros hijos no es en vano.
Hoy como todos los días, en la tarde recogí a mi hijo de la escuela y le pregunte como había ido su día. Siempre me ha respondido que muy bien, pero hoy me dijo: oh mami tuve un mal día. Y eso porqué le pregunte, el me respondió que un niño de su escuela le había pegado porque no quiso jugar con él. Mami, me dijo, no me gustaba la manera que el niño quería jugar y me negué; pero él se molesto y empezó a pegarme. –que hiciste tu? Le pregunte. Te defendiste? El me dijo si me defendí y le pegue también. Bueno… respondí yo, no está bien que te peguen y a veces está bien defenderse. La respuesta que él me dio me sorprendió y a la vez me alegro mucho, me dijo: pero mami no dice la biblia que debemos amar a nuestros enemigos y a quienes nos persiguen? Sabes en realidad me sentí muy mal pegándole a ese niño aunque no fuera mi culpa!! Yo dije: wow!!! Que lección!! Le dije a mi hijo que la biblia nos enseña eso y que también nos enseña a poner la otra mejía. Lo que él me respondió a continuación me sorprendió aun mas, me dijo mami sabes en realidad estoy preocupado por el comportamiento de esos niños, aun el de mis amiguitos, ellos actúan y haces cosas que no le agradan al señor Jesús y me siento triste por ellos.
Me dieron deseos de llorar al ver la compasión de mi hijo, lo abrase y le dije que me sentía muy orgullosa de él. Nos arrodillamos juntos y le dije que empezaríamos a orar por sus amiguitos y por sus papás para que ellos también llegasen a conocer al Señor.
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Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Mt. 5:44. RV.
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