Hija mía, no esperes que las tribulaciones sean más livianas que en el
pasado. ¿Por qué habrías de pensar que las pruebas serían menos severas?
Yo pongo todo a prueba, y hay áreas de tu vida que aun no he tocado. No
esperes respiro. Te esperan días en los que necesitarás soportar más, y
que requerirán de una fe más robusta de la que hayas necesitado jamás.
Recibe esto con agrado, porque seguramente sabes cuán preciosas son las lecciones que se aprenden con tales experiencias.
Aun si no eres capaz de anticiparlas plenamente con gozo, por cierto que podrás luego, en retrospectiva, apreciarlas de la manera adecuada. Dispón tu corazón para aprender la sabiduría. Este objetivo trasciende a todos los demás, y todo otro bien que proviene de un periodo de presión es una bendición añadida. Búscame, por sobre todas las cosas.
Recibe esto con agrado, porque seguramente sabes cuán preciosas son las lecciones que se aprenden con tales experiencias.
Aun si no eres capaz de anticiparlas plenamente con gozo, por cierto que podrás luego, en retrospectiva, apreciarlas de la manera adecuada. Dispón tu corazón para aprender la sabiduría. Este objetivo trasciende a todos los demás, y todo otro bien que proviene de un periodo de presión es una bendición añadida. Búscame, por sobre todas las cosas.
Tomado del Libro: Ven conmigo Amada Mía.