LA INAUGURACION DEL COLISEO.
En el comienzo de nuestra era, un emperador romano había contratado a un arquitecto griego para que le construyera un anfiteatro como los que existían en esa época. Ese genial arquitecto concibió el Coliseo de Roma, cuyas gigantescas proporciones se admiran todavía.
Se cuenta que , el día de la inauguración, 50000 espectadores se apretaban sobre sus gradas. El emperador presidía el acto con el arquitecto sentado a su lado. El soberano se levantó y declaró: <>.
La puerta de la arena se abrió para dar paso a un grupo de cristianos que habían preferido morir antes que negar a su salvador. Frenéticos aplausos saludaron las palabras del emperador. Cuando se detuvieron, el arquitecto se levantó y, enfrentándose al tirano, exclamó:- YO TAMBIEN SOY CRISTIANO.
La puerta de la arena se abrió para dar paso a un grupo de cristianos que habían preferido morir antes que negar a su salvador. Frenéticos aplausos saludaron las palabras del emperador. Cuando se detuvieron, el arquitecto se levantó y, enfrentándose al tirano, exclamó:- YO TAMBIEN SOY CRISTIANO.
Mudos de sorpresa, los espectadores se miraron. Y pronto estalló un odio irrefrenable. El pueblo reclamó la muerte de aquel a quien acababa de aclamar. Este fue tomado y echado a la arena.
Fiel hasta la muerte, en el día de las retribuciones él recibirá del Señor la corona de vida. (Apocalipsis 2:10).
Tomado del calendario : La Buena Semilla.
Si te mantienes firme ante cualquier circunstancia como buen soldado de Jesucristo, recibiras de El la recompenza.
Asi que pelea la buena batalla de la fe, hecha mano de la vida eterna!!.. 1 Timoteo 6:12.
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